sábado, 24 de mayo de 2008

El asalto y el sabueso

"sssssssssssss"

Santi salió serpenteando a través de la solitaria salida, susurrando apenas sin saliva y dejando un rastro de sal que surgía del nauseabundo saco. Sólo tendría que saltar los tres escalones y sobreviviría al desafortunado encuentro.

Tres salchichas y dos lonchas de salami sumaban su especial hurto en aquel asalto inesperado al hostal de Madame Sabrina. El sabor de las delicias escondidas en la despensa, le habían sacado por un momento de su desesperante hambruna, saciando durante escasos segundos el espacioso estómago.

Sin mirar sobre su hombro y perseguido por su sombra, Santi sacó un escalpelo subastado entre los indigentes del Salón de la Bebida y sumado a las escasas pertenencias valiosas, simulando ser un esgrimista mientras asimilaba con sufrimiento que el sabueso de la Dama le seguiría mientras no soltase las estupendas salchichas.

1 comentario:

  1. El desasosiego de su estómago, susurrando su necesidad y vacio, era no obstante, más saludable que las colesterólicas salchichas, sobre salami. ¡Seguro!
    MUY LOGRADO. un abrazo

    ResponderEliminar